lunes, 5 de mayo de 2008

LA CENA (Parte II)

Mi Amo me había dicho que esta noche cenaríamos en un lujoso restaurante. Sus instrucciones habían sido claras y precisas. Vestido negro ceñido y con un generoso escote a pico, medias negras también hasta el muslo, nada de ropa interior, pelo recogido en un moño italiano, zapatos negros de tacón alto y el collar, Su collar. “Maquillate de forma natural” me había dicho “no quiero que parezcas una puta, solo quiero que seas mi Mi puta”

Aproveche la tarde para prepararme. Me depile cuidadosamente, para estar como a él le gustaba, me di un relajante baño y un par de horas antes de la cita, comencé a arreglarme sin prisa, disfrutando de ello y sintiéndome excitada sabiendo que estaba cumpliendo sus ordenes.

Me maquille según sus indicaciones, un tono natural para el rostros, los parpados en un suave beige, un toque de rimel y los labios en un marrón claro, nada de colorete, me dije, quizás sea demasiado llamativo.

Elegí para la ocasión un vestido negro, un tanto ceñido, sin mangas, con un generoso escote a pico, como El me había indicado, un corte bajo el pecho y falda a capa justo por debajo de la rodilla, de un tejido vaporoso y muy favorecedor. Las medias de seda negra, con una ancha liga de encaje. Me gustaba el tacto de las medias sobre mi piernas era tan……….. sexy. Los zapatos eran unos sencillos pero elegantes zapatos de salón negros, con un tacón mas que generoso. Complete el atuendo con Su collar, y sentí una enorme satisfacción al ceñírmele al cuello.

Aproximadamente media hora antes yo ya estaba dispuesta. No quería hacer esperar a mi Señor. A la hora convenida unos golpes en la puerta anunciaron su llegada. Abrí, pasó y me escruto detenidamente con su mirada. Esperé ansiosa su veredicto. “Perfecta” me dijo y sonriendo, salí seguida por El.

El restaurante era de un gusto exquisito, jamás había estado en un lugar como aquel. A pesar de estar lleno de gente apenas se oía el murmullo de las palabras y el sonido de los cubiertos en los platos.

El maitre nos condujo a mi Señor y a mi a una mesa algo apartada del resto y nos entrego la carta. Mi Señor decidió mi cena, una cena exquisita, por supuesto, que yo saboree en cada bocado. Un poco antes de los postres, mi Amo deposito sobre la mesa un teléfono móvil que me entrego. Sabia que aquello era el comienzo de una orden, de un deseo por su parte, asi que le mire esperando su explicación.

- Quiero que vayas al baño de señoras, te cierres en un baño y te masturbes para mí – me dijo

Solo oír sus palabras hicieron que empezara a excitarme, aunque no entendía para que necesitaba el móvil.

-. Lo que vas a hacer es lo siguiente: Cuando llegues al baño vas a llamarme por teléfono, yo te daré indicaciones de lo que tienes que hacer y como. En un momento determinado yo iré al baño de caballeros que esta contiguo al de señoras, apagaras el móvil y quiero oírte gemir. Quiero oír como te corres desde el baño de caballeros.

Sus palabras hicieron que me sonrojara. Me iba a escuchar El y todo el restaurante, pero yo solo podía obedecer, así que cogí el móvil, me levante de mi silla y me dirigí al baño de señoras. Me cerré, como el me habia indicado en un la primera cabina y le llame.

- ¿Ya estas? –
- Si mi Señor – conteste
- Bien, quiero que te sientes en la taza, con el vestido levantado y las piernas bien abiertas. Solo quiero que me contestes con un si, cuando vayas cumpliendo mis indicaciones ¿entendido? -
- Si, mi Señor –
- Hazlo – me respondió
- Si -
- Ahora comienza a acariciarte el sexo, con la yema de los dedos, suavemente hasta que vayas sintiéndote húmeda
- Si

Durante unos minutos deje de oir Su voz, me estaba dando tiempo a que me excitara, aunque debo reconocer que seguir sus indicaciones y oir su voz ya eran motivo suficiente para ello

- ¿Estas mojada, mi perra?
- Si –
- Muy bien, así me gusta. Ahora introduce un dedo en tu coño empapado, el dedo corazón, y súbele después hasta tu clítoris y acaríciate, dejándome oír como gimes –
- Si –

Seguí sus instrucciones al pie de la letra y comencé a gemir a través del teléfono.

- Muy bien, mi puta, parece que te gusta. Ahora deja esas caricias y mete dos dedos en tu coño.
- Si –
- Muévelos bien, quiero que te corras pronto.

Cumpliendo sus deseos comencé a mover los dedos en mi interior, jadeando cada vez mas fuerte y mas deprisa. Sentí que alguien entraba en el baño y por un momento intente ahogar mis gemidos, pero la voz de mi Amo me lo impidió

- No dejes de jadear bajo ningún concepto, perra -
- Si – fue toda mi contestación

Continué como el me ordenaba, al borde del orgasmo ya.

- Muy bien, ahora apaga el móvil, estoy en el otro lado. Quiero oír como te corres, si lo haces bien, esta noche obtendrás un buen premio.

Comencé a mover mis dedos más deprisa aún, entrando y saliendo, gimiendo y gritando como una loca. No sabía si El me escuchaba o no, pero yo debía esforzarme. Sentí voces fuera, en el lavabo, pero eso no debía importarme, solo debía importarme mi Amo. Empecé a notar como me corría, como mi humedad resbalaba por mi mano, y aumente los gritos para satisfacción de mi Señor, que esperaba me estuviera oyendo al otro lado. Me corrí y me quede extasiada, sentada en la taza, con las piernas abiertas, como El me había mandado. Sonó el móvil y conteste.

- Muy bien, mi perra, lo has hecho muy bien. Ahora recomponte un poco y sal del baño como si nada hubiera pasado. Te espero en la mesa.

Hice lo que me mandó, y caminando con gesto orgulloso y contenta de haber satisfecho a mi Señor, me encamine a la mesa donde El me esperaba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"¿Quién te ha hecho mal?
dime ¿quién te ha hecho mal?
y riéndose a medias
dijo mira chaval
hace falta un hombre
para hacerme mal
porque yo hago lo que quiero
y me gano mi dinero
y si quieres yo te quiero
pero págame primero, ¿eh?"
........
"¡Anda ya! me dijo
¡Anda ya!, pero tú que te has creído
si no vales pa’ná
que te voy a dar el golpe
a ti, te vas a enterar,
di ¿por qué no te largas
y me dejas en paz?...........
Dicho y hecho....hasta mas ver amiga