miércoles, 8 de abril de 2009

REFLEXION: SIN MIEDO

No tengo miedo. He decidido que no quiero tener miedo, que no voy a sentirlo. Viajo en un barco que naufraga por momentos y no me importa si cualquier buque termina de hundirlo: no me da miedo.

Nada es casualidad. Que mi barco este naufragando no es casualidad, tampoco era un proposito, al menos consciente, pero tal vez si inconscientemente. Que mi barco se este hundiendo es la conclusión de una serie de decisiones equivocadas del pasado, es una suma de errores que dan como resultado esto: un naufragio. Y no tengo miedo. No tengo miedo a que me destruyan o a destruirme, porque estoy aburrida de vivir como vivo, y porque tal vez, sin darme cuenta, he pedido a gritos a todo lo que estaba a mi alrededor que me ayudara a hundir el barco.

No me quejo. Acepto resignada las consecuencias de mis decisiones. Que el barco se hunda es solo responsabilidad mia. Solo me arrepiento de una cosa: de haber hecho hundirse conmigo a la gente que iba en mi barco, aunque se que ellos aún estan a tiempo de coger un bote salvavidas y alejarse del barco en busca de tierra firme, y se que lo lograran. Se pondrán a salvo. Pueden hacerlo.

Soy una excelente amiga, pero una pesima amante. Al contrario que Midas, yo no convierto en oro lo que toco, lo destruyo. Soy dañina. No se puede intentar ofrecer nada, cuando no hay nada para dar. Estar solo tampoco es casualidad.

Pero hoy he decidido no tener miedo, en un acto de valor o de inconsciencia he decido no temer a nada ni a nadie. Cuando el barco esta tres cuartas partes hundido es inutil intentar sacarlo a flote. Solo queda esperar que acabe de hundirse del todo, y una vez en el fondo, quizas, los peces de colores no sean tan mala compañia.

1 comentario:

Spirit dijo...

Saludos;

La verdad es que me has dejado sin palabras al ver un post tan descorazonador, aunque hayas acabado con un lijera esperanza sobre remontar. No sé lo que ha pasado ni por qué escribes así, pero vamos, aunque no te conozco no creo que seas, por lo que "transmites" al leerte, una persona dañina ni nada por el estilo.

Sólo se me ocurre que hubo un rey que le pidió a un sabio que le hiciese un anillo de sabiduría. Y este le hizo tres,cada uno con una palabra, a fin de que el rey los mirase ante cualquier situación; "ESTO TAMBIÉN PASARÁ"

Un abrazo