Escrito por cavabaja
Gracias amiga por tu colaboración en este humilde espacio
El sonido del teléfono me devolvió a la realidad, estaba semidormida en el sofá. Una sugerente voz, pronunció mi nombre al otro lado del hilo telefónico.
- Sí, soy yo – contesté con una voz somnolienta.
Mi interlocutor comenzó a hablar con voz segura y firme. Al principio pensé que seguía dormida y que estaba soñando, pero poco a poco sus palabras se iban abriendo camino en mi cerebro.
- Me gustaría que meditases lo que te he dicho – oí que me decía-. Dentro de unos días volveré a llamarte. Ha sido un placer hablar contigo, cuídate, un beso.
Me quedé algún tiempo con el auricular en la mano, no era capaz de moverme, tuve que hacer un verdadero esfuerzo de voluntad para reaccionar.
Acabo de divorciarme y mi casa está en venta... el hombre que acaba de llamarme, ha venido a verla, acompañando a unos amigos.
Me dice que nada más entrar en la casa, sintió un algo especial, como si una presencia invisible le estuviera indicando las cosas en las que se debía fijar. Como no era el interesado en comprar la casa, pudo dedicarse a mirar los detalles que iban llamando su atención: Mis fotos... me habla del color de mis ojos y de que mi mirada y mi sonrisa le dejaron fascinado; mis libros... algunos en especial le hablaron de mis gustos e ideas; mis cuadros... pintados por mí, como pudo saber cuando vio el pequeño taller que tengo en casa; un escrito... con alguno de mis poemas, “abandonado” en la mesa del ordenador; una pequeña vela blanca... que sólo fue encendida una vez y que él adivinó para que fue utilizada; una pinza plateada... que cualquier otra persona hubiera confundido con un sujetapapeles, pero que él sabe que tiene otra utilidad...
Sigue hablando y me dice que le ha fascinado todo lo que ha visto y que le atrae sobremanera mi personalidad, tan impregnada en la casa. Me dice que casi podía sentir mi presencia física en cada rincón...
Y entonces me hace una loca y a la vez tentadora propuesta... compra la casa... pero conmigo dentro. Me paga la parte de la casa que tengo que dar a mi ex marido y yo me puedo quedar a vivir en ella, con la condición de que él pueda visitarme siempre que le apetezca...
... Va a visitarme por primera vez... siguiendo sus instrucciones le espero en la habitación, sentada en la cama, tal y como él me ha ordenado que haga... vestida según sus indicaciones y con los ojos vendados... oigo abrirse la puerta, el miedo mezclado con el deseo, hacen que sienta una excitación nunca antes vivida, todo mi cuerpo vibra en espera de sensaciones que aún no conoce, pero que ha soñado muchas, muchas veces... me siento totalmente entregada a las manos y a la mente del hombre que a través de sus palabras, ha conseguido que mi voluntad le pertenezca por completo. Ardo en deseos de demostrarle mi entrega y sentir en mi cuerpo y en mi alma, la tiranía de sus deseos.
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