miércoles, 23 de abril de 2008

MI AMO


Un ligero aliento sobre mi cuerpo me hace salir de mi placentero sueño……… abro los ojos pero no veo nada, tan solo la tela que me los cubre y que deja traspasar a duras penas algunos haces de luz…… Intento quitármela, pero mis manos están atadas a la cama. Muevo las piernas y estas también lo están. Mi respiración se agita, en mi cuerpo se mezclan sensaciones a medio camino entre el miedo y el placer………… Noto de nuevo el aliento en mi piel. Me quedo quieta, Intento adivinar que pasa, pero no me atrevo a hablar, a preguntar. Permanezco a la expectativa, agudizando los sentidos que quedan a mi disposición. Escucho una respiración pausada a mi lado, un ligero movimiento y de pronto el tacto de algo muy frio sobre mi piel, entre mis pechos. Lleno los pulmones de aire y esto hace que mis pechos se eleven encontrándose con el tacto húmedo de una lengua…………. Es mi Amo……….. Reconocería su tacto entre mil, sus caricias entre un millón. Sonrío, relajada y feliz………….. Excitada, notando como mi sexo se humedece……… Susurro: Mi Amo……….. y dejo caer el final de las palabras en una suave cadencia casi ahogada por un gemido de placer. De pronto percibo la desnudez de mi cuerpo, inmovilizado por mi Amo y dispuesto para él, entregándosele. Como buena sumisa estoy a su entera disposición, disfrutando con ello. Me excita complacer a mi Amo, someterme a su voluntad. Sus sabias manos recorren mi cuerpo, acariciándolo, haciendo que se me erice la piel y que mi excitación aumente. Siento sus besos en mis pechos, sus labios en mis pezones y la reacción de estos en la boca de mi Amo. Noto una mano avanzando sin pudor entre mis piernas, un dedo sin vergüenza que se cuela en mi interior. De mi garganta brotan gemidos, ronroneos de placer. El dedo indaga dulcemente en mi interior, empapándose en mis fluidos. El mismo dedo que se me ofrece en la boca. Disfruto con su sabor, con el sabor que mi Amo me ofrece………… mi sabor. Puedo intuir la excitación de mi Amo. No puedo verla, no puedo tocarla y eso me desespera, pero puedo intuirla. Mi Amo lo ha querido así……… yo solo obedezco complaciente.
Noto el peso de su cuerpo sobre el mío………. Imagino lo que va a pasar. Mi Amo ha decidido que es hora de que cobre mi recompensa. Comienzo a notar la polla de mi Amo en mi interior, deslizándose segura en mi empapado coñito. Noto su respiración muy cerca de mi oído, sus jadeos, sus mordiscos en mi oreja. Deseo tocarle, acaríciale, apretar mis piernas en torno a él………… pero no puedo, estoy inmovilizada. Y mientras, siento sus embestidas dentro de mí, haciéndome gozar. Nuestros jadeos aumentan el ritmo y se acompasan. Mi Amo me va a conducir al séptimo cielo. Noto como se derrama dentro de mi, como su cuerpo se estremece sobre el mío. No tengo el permiso de mi Amo para correrme………… aguanto, aprieto los dientes con fuerza, hasta que la voz de mi Amo susurra en mi oído: “Adelante mi sumisa, córrete y disfruta………………….”

EL BAÑO



Baje al baño de la planta baja, casi sótano, a fumarme un cigarro. Me sentía como en mi adolescencia, cuando me escondía en los baños del instituto a fumar. Ahora lo hacia en los del trabajo.

Descendí por las escaleras recordando la conversación que acabábamos de tener. Entre en el baño, traspase una de las puertas y cerrando con el cerrojo, apoye la espalda contra la pared y encendí el cigarro. Exhale tranquilamente el humo y lo deje escapar entre mis labios siguiéndolo con la mirada, mientras volvía a recordar lo que acabábamos de hablar. No había sido una gran conversación, la verdad, pero había sido contigo y eso me excitaba sobre manera. Todo lo que tenia que ver contigo hacia que mi cuerpo vibrara de una manera desconocida hasta entonces para mi. Recordaba algunas de tus frases y mientras sonreía, notaba los escalofríos recorriendo mi espalda.

Metí la mano por mi pantalón y la colé entre mi braga tocando mi sexo. ¡¡Uf!! Estaba empapada. Como a ti te gusta, pensé, y eso me excito aún más. La saque y ayudada por la otra mano que aun sostenía el cigarro, desabroche el botón del pantalón y baje la cremallera, para dejar mas libertad a mis movimientos. La introduje de nuevo, hasta mi sexo, hecho agua solo con tu recuerdo. Metí apenas las yemas de los dedos índice y corazón en mi coño y cogí parte de su humedad para subirla a mi clítoris y comencé a acariciarle suavemente, como a ti te gustaba, como tu me lo habías ordenado hacer muchas veces. Tire el cigarro, ahora se había convertido en algo secundario, y me dedique a concentrarme en las sensaciones que aquellas caricias me producían.

¡¡Dios!! ¡¡Como te echaba de menos en esos momentos!! Como echaba de menos tu voz ordenándome lo que debía hacer, tus ojos escrutando atentamente cada uno de mis movimientos, tu respiración agitada junto a la mía, tu presencia para sentirme y obedecerte.

Abandone las caricias de mi clítoris, intentando retrasar un poco el orgasmo y me introduje dos dedos en el coño. Eso me hizo sentir llena, pero no tan llena como si hubiera sido tu polla, esa que ahora pensaba y deseaba como una niña caprichosa desea su juguete, su premio. Esa que tanto hacia que la deseara y que solo me dejabas disfrutar cuando considerabas que lo merecía. Cada vez mas mojada y caliente, mis dedos entraban y salían de mi coño intentando imitar las embestidas secas y rápidas con que tu polla me deleitaba a veces. El orgasmo estaba a punto de llegar. Ahogue como pude los gemidos y acelere el ritmo de mi mano mientras con la otra empecé a acariciarme el clítoris. Apreté los dientes y con tu imagen en mi cabeza me corrí. Apoye la cabeza en la pared y respire hondo cerrando los ojos e intentando relajar poco a poco la respiración. Me coloque la ropa, baja la tapa de la taza, me senté sobre ella y encendí otro cigarro.

Otra vez como en mi adolescencia, escondida en el baño para fumar, solo que por aquella época mi Señor no me acompañaba en mis placeres.