Llego un dia, no la vi aparecer, no la oi, ni la senti. Entro sigilosamente, no se por donde, y se acomodo en mi sillón. Ni siquiera note su presencia cuando yo me sente en él.
De un modo sigiloso empezó a hacerlo todo conmigo, comia conmigo, dormia conmigo, soñaba conmigo.... Ibamos juntas de compras al super y me acompañaba en el coche, en los paseos por el parque... hasta cantaba las mismas canciones que yo.
Lo peor era cuando se instalaba entre tu y yo en el sofa, o cuando en un lugar lleno de gente ella se hacia notar por encima de todos. Creo que nadie me ha sido tan fiel jamas como lo ha sido ella, ni mas constante. Me llevaba las maletas cuando me iba de viaje y se hizo un confortable hueco en mi corazon.
Fue capaz de convencerme de que solo la tenia a ella, a nadie mas, y yo me resigne a su unica compañia, hasta acomodarme con ella. Habia veces en las que miraba a mi alrededor y no veia nada, excepto a ella, que siempre estaba alli, sin fallar, puntual a la cita.
Alguna vez quise huir, alejarme de ella, pero no se como siempre me encontraba, me esperaba paciente en la habitacion del hotel, tras un cuadro en un museo, aparecia por cualquier sitio, a cualquier hora, hasta que por fin descubri que, fuera donde fuera, ella siempre iria conmigo, porque estaba dentro de mi, mi soledad estaba dentro de mi.
La soledad no hace preguntas
La soledad no tiene memoria