domingo, 23 de marzo de 2008

LAURA Y YO


Dedicado con todo mi cariño a Habana, Ana36, Lomaslejos y Luna37, todas ellas Chicas Divinas..........

Hacia rato que la fiesta había terminado. Todos se habían marchado excepto nosotros cuatro, que apurábamos nuestras copas sentados en los sillones, sin hablar, sabiendo que en cuanto se vaciaran tendríamos que ponernos a recoger. Adolfo y Jaime estaban, mas que sentados, desparramados sobre el sofá, y Laura y yo ocupábamos un sillón cada una, a ambos lados del sofá. Recline mi cabeza sobre el respaldo y cerré los ojos. Suspire profundamente.

- No te duermas - Me dijo Laura

- No, solo estaba pensando en algo - conteste –

Y abrí los ojos encontrándome directamente con la mirada de Laura, que en esos momentos me pareció preciosa, a la vez que note como un escalofrió recorría su espalda, le sonreí, cómplice, mientras ambas mirábamos a los dos chicos tirados en el sofá. No hizo falta más.

Deje el vaso en el suelo y me levante del sillón a la vez que ella, caminando en su dirección, contoneando las caderas y observando despacio su precioso cuerpo. Mi mirada se clavaba en él con pasión a medida que íbamos avanzando, un paso más y estaríamos pegadas una al cuerpo de la otra.

Jaime y Adolfo reaccionaron incorporándose en el sofá, mientras miraban alucinados la escena

Laura y yo nos tomamos de las manos y comenzamos a besarnos dulcemente. Pequeños roces en los labios con las bocas entreabiertas. Mi boca buscaba ansiosa la suya, mi lengua deseaba enredarse en su lengua y pegándonos un poco más nos fundimos en un beso profundo y lento

Ella sujeto mi cintura y note nuestros pechos rozándose ligeramente a través de la tela de nuestra ropa. Rodee su espalda con mis manos y comencé a desabrocharle la cremallera del vestido. Mis manos se encaminaron desde su cintura hasta los botones de su camisa. Los abrí uno por uno, al mismo ritmo que ella bajaba la cremallera. Abrí su blusa y contemple sus pechos aprisionados por el suave sujetador de encaje que llevaba. No pude resistir la tentación de besar la suave carne que sobresalía de ellos y se mostraba ante mi turgente y lujuriosa. Al notar como mi lengua recorría el comienzo de sus senos, termino de bajarme la cremallera del vestido, aparto los tirantes dejándolos resbalar sobre los hombros y el vestido cayó al suelo dejando al descubierto mi blanco y sedoso cuerpo

Alfonso y Jaime miraban cada vez con más asombro la escena sin peder detalle, mientras sendos bultos por debajo de la tela delataban su estado de excitación. Jaime ya comenzaba a acariciarse por encima del pantalón.

Subí la boca desde el pecho hasta el cuello y comencé a quitarle la camisa, quería disfrutar del fascinante espectáculo de su cuerpo en todo su esplendor. Lleve las manos a su cadera y comencé a subirle la falda, despacio, mientras la giraba para que quedara de espaldas a nuestros espectadores. Poco a poco sus piernas quedaron libres a su visión, los muslos, el pliegue de su final, el comienzo de esas sensuales nalgas, que no cubría el fino tanga negro……..

Me miró picaronamente y sonriendo echó un poco las caderas hacia atrás, sabedora del espectáculo que su culo estaba dando a aquellos dos improvisados mirones, que habían bajado ya las cremalleras de sus pantalones y se acariciaban impúdicamente por debajo de la ropa.

La acaricie la espalda, desde la cintura hasta el cuello “Mmmmmmm tienes una piel tan suave……” susurre en su oído y comencé a desabrocharle el sujetador liberando sus senos de él y empezando a acariciarlos

Laura notaba mis manos en sus pechos y las miradas de Adolfo y Jaime clavadas en su trasero. Desabrocho su falda y la dejo caer al suelo, ofreciéndoles así una mejor visión de todo su cuerpo, tan solo cubierto ya por el escaso tanga. Rodeo mi cuerpo con sus manos y me desabrocho el sujetador. Volvimos a movernos, quedándonos de nuevo de perfil, frente a nuestros chicos, que masajeaban cada vez con mas fervor sus respectivos sexos. Sentí sus manos en mis pechos y un deseo enorme de volver a besarla, de devorarla. Baje mi boca……. Atrape sus pezones con ella y comencé a jugar con ellos, primero uno, después otro, hasta notar como se iban endureciendo entre mis labios

Mmmmmmmmm Ella comenzó a gemir mientras acariciaba mi suave pelo, notando las caricias de mi lengua en sus pechos y sintiendo la excitación cada vez mas fuerte adueñándose de nuestros cuerpos. Ahora era Laura la que necesitaba devorarme, sujeto mis cabellos y aparto mi cara de su pecho, levantándola para besarme mientras nuestros cuerpos se pegaban y nuestros senos se rozaban impúdicamente. Al unísono, comenzamos a quitarnos los tangas, sin dejar de besarnos. Nuestras piernas se movían, permitiendo a las breves prendas descender hasta el suelo.

Sacamos los pies de los tangas y empezamos a acariciarnos ya sin pudor, solo con deseo. El alcohol había cegado nuestras mentes, ahora ya solo imperaban los mandatos del placer. Mi mano se coló entre sus piernas, acariciando su sexo húmedo y jugoso. Mis besos ahogaban sus gemidos.

Con mi mano entre sus piernas, comenzó a girarme hasta dejarme de espaldas a Adolfo y Jaime. Ahora era yo la que les ofrecia mi culito en todo su esplendor, separando un poco las piernas y sacando la cadera hacia atrás. Me volví, quedándome de frente a ellos, mientras Laura muy pegada a mi, clavándome los pezones en la espalda, empezó a acariciarme los pechos para ir bajando con una mano poco a poco hasta mi sexo, hasta notar mi estremecimiento al notar un dedo acariciando mi clitoris

Adolfo y Jaime se habían desnudado por completo y no dejaban de mirarnos desde el sofá con su sexo entre las manos. Eche mi mano hacia atrás y la colé entre nuestros cuerpos, haciendo lo mismo que ella me estaba haciendo a mi, acompasando mis movimientos con los suyos.

- Nenas, queremos veros bien - dijo entre jadeos Jaime

Nos separamos y nos tumbamos en el suelo, de costado, abriendo bien las piernas, dejando nuestros sexos expuestos a sus miradas. Colé mi mano al mismo tiempo que ella la suya y reanudamos nuestras caricias mas intimas. Ambas estábamos empapadas. Introduje un dedo en su coñito, que comencé a mover, primero despacio, para ir aumentando poco a poco el ritmo. Imitó mis movimientos, ajustando el ritmo de su mano a la mía. Nuestros jadeos se confundían con los de los chicos. Gire la cabeza y pude verlos, excitados al máximo, a punto de correrse.

“Otro más” la susurre, y ambas introdujimos un dedo mas en la otra. Un gato enloquecido arañaba mi vientre, mientras nuestras bocas se buscaban ansiosas y nuestros cuerpos se retorcían sobre el suelo. Las manos cada vez más rápidas hacían que oleadas de placer subieran desde mi sexo para estallar en mi pecho. Notaba los escalofríos del orgasmo recorriendo toda mi espalda, mi cuerpo se tensaba por momentos mientras sus dedos hacían sabiamente su trabajo entre mis piernas. Separamos nuestras bocas y comenzamos a respirar cada vez con más agitación, a gemir cada vez más alto. “Mmmmmmmmm siiiiiiiiiiiiiii” ahogue entre suspiros notando como me corría entre sus manos y como sus jugos se derramaban en las mías. Unos últimos empujones fuertes de nuestros dedos y el orgasmo se termino de desencadenar en nosotras.

Aún notando las últimas sacudidas del orgasmo, liberamos nuestros sexos y nos dejamos caer de espaldas sobre el suelo, con la respiración todavía agitada. Cerramos los ojos, en un intento de saborear aquel instante.

Tras descansar unos momentos, me incorpore para dar un dulce beso a Laura, que permanecía tendida en el suelo con los ojos cerrados. Me leante y mire a Adolfo y a Jaime, que seguían en el sofá, mirándonos, desnudos, sin saber muy bien si lo que acababan de ver y sentir era real o un efecto del alcohol consumido durante la fiesta. Me puse de pie, cogí mi vestido, y poniéndomelo dije: “Deberíamos recoger todo esto antes de que se haga más tarde”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siente amiga ...siente; porque la piel es libre, porque la piel se quiere y es fiel a si misma, ni engaña ni promete,la piel solo siente.........tu eres tu piel, siente amiga ,siente.

(de lo que un dia será canción).

Saludos , amiga.